Lo que queda en el camino es un viaje por una realidad dolorosa sobre el desplazamiento de personas por la violencia que se unen a caravanas migrantes con la esperanza de encontrar un mejor futuro en Estados Unidos. Un hecho que gobiernos se niegan a reconocer y brindar ayuda.
León, Guanajuato, 20 de septiembre (SinEmbargo).– Tomar apenas unas pocas pertenencias con cuatro pequeños hijos a cuestas, escapar de tu país de origen desplazada por la violencia y salir a sortear un futuro que cambiará la vida de tu familia. Ésa decisión tomó Lilian, una joven madre guatemalteca que viajó junto a una caravana migrante con dirección a Estados Unidos en busca de un mejor porvenir y cuya travesía es capturada en el documental Lo que queda en el camino.
El filme que forma parte de la selección del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) y que es dirigido por Jakob Krese, junto a Danilo do Carmo y Arne Brüttner, es un viaje de acompañamiento a las cientos de familias que toman sus únicos ahorros para emprender un viaje sobre el territorio mexicano con destino a la frontera norte.
"Estuvimos desde el primer día, cuando salimos de la terminal de San Pedro Sula en Honduras, hasta llegar a Tijuana. Fueron dos meses y medio. Realmente siempre estuvimos. Dormimos en el parque, caminamos, no había hoteles o restaurantes, estábamos siempre con la gente. Para nosotros estaba muy claro que era la única manera de poder hacer un documental, el estar con la gente, convivir con la gente, sufrir y divertirse, estar juntos y compartir todo. No hay otra forma, no puedes hacer un documental caminando, saludando y yendo al hotel; puedes hacerlo, pero no es el documental que queríamos hacer", explica Jakob Krese en entrevista con SinEmbargo.
En este recorrido también estuvo presente Irving Mondragón, organizador de la comunidad LGBTQ+, quien recalca que las redes apoyo hacia los migrantes y la hermandad que emana entre las personas sin importar su nacionalidad es lo que mantiene gran parte de estas caravanas y su lucha en la búsqueda su libertad.
"Yo y otras personas nos quedamos hasta atrás, y ahí es donde empezamos a acompañar a las personas más vulnerables, a las madres solteras con niños que no pueden caminar tan rápido, a gente de la comunidad LGBT+ que es discriminada y son tratados mal en el camino, a madres solteras, a embarazadas y menores no acompañados. Ahí es donde se fue creando un núcleo de personas vulnerables. No podíamos avanzar tan rápido, pero fue constante. La idea hermanarse", comenta.
Lo que queda en el camino mantiene de cerca la cámara sobre la familia de Lilian en un viaje que implica caminatas interminables, pasar hambre, montarse en "La Bestia", y hasta ser rechazados y criminalizados por la gente y las autoridades.
El documental permite asomarse a los ojos y sentir de Lilian, sino también de los menores que emprenden el camino. En cómo su realidad se transforma y sus juegos toman otras formas lejos de casa.
"Para mí los niños elevan el tema de la migración, y de esa caravana a un nivel filosófico. Mirar a los niños, cómo se mueven, cómo cambian, cómo juegan, porque hacen un juego de todo eso. Un juego de todo un viaje que nos hace reflexionar de una manera muy diferente porque obviamente tienen hambre, tiene necesidades. […] Lo que nos niños hacen es crear todo un mundo de imaginación", explica Krese.
El recorrido de la caravana fue filmado justo cuando Donald Trump y su política antimigrante estaba en su apogeo. Su mensaje de odio hacia los migrantes recorre hasta el territorio mexicano que hoy está sumergido en una condición migratoria devastadora y que tampoco se ve cobijada porn el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
"Hay mucha xenofobía, hay mucho racismo, hay mucha desatención por parte de las autoridades, del Instituto Nacional de Migración, que tiene sus centros de detención, donde violan, golpean matan a las personas que están solicitando asilo, porque tienen el libre tránsito secuestrado. Y al mismo tiempo pues las autoridades responsables del asilo como sería la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, la COMAR, o al ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, no están haciendo su trabajo", señala Irving Mondragón.
Lo que queda en el camino tuvo su estreno en la ciudad de León para seguir un recorrido ahora por San Miguel de Allende el próximo 23 de septiembre e Irapuato el sábado 25.
A mí me encanta mucho que a través de un proyecto documental como éste, pueda haber conciencia porque se está mostrando una realidad, no se está enmascarando nada, esto es una verdad que existe y muchas veces, periodistas, personas que trabajan en televisión u otros tiene siempre como mucha reserva, tienen que proteger su reputación y está entre lo dicho y no dicho. Hay que decir las cosas como son, y para eso está el cine, para impulsar este tipo de proyectos y mostrar las cosas como se viven. Yo espero que tenga mucho auge este documental en México, espero de corazón que logre llegar a centro América, a las mismas personas que están pasando por esta misma situación y vean el retrato que se ha hecho de ello", culmina Irving.